La madurez tecnológica de tu empresa

La transformación tecnológica y digital de las empresas es cada vez más importante y en especial en un sector como las TIC, el cual se encuentra en constante evolución. Por ello, es importante saber en qué nivel de madurez tecnológica se encuentra nuestro negocio, para adaptarnos a las exigencias y necesidades del mercado.

Y quizás sea éste el mejor momento para tratar este tema. Nos guste o no, las situaciones excepcionales (como el confinamiento que estamos viviendo a raíz del Coronavirus), sacan a relucir las mayores y peores carencias de nuestros sistemas productivos.

Hace mucho tiempo que, desde ICM, venimos tratando el concepto «Deuda técnica» (¡hace más de nueve años ya!). Un concepto que nos puede ayudar a percibir si el estado en el que nos encontramos de madurez tecnológica es adecuado o no.

Tratábamos en aquella entrada acerca de las consecuencias que una empresa tenía que asumir fruto de una mala decisión tomada, bien con un exceso de agilidad, bien por una carencia de análisis o, lo que es más común en el entorno empresarial, por motivos de ahorro presupuestario. Por ello, nos viene bien rescatar esta idea, por la vinculación que tiene con la temática que queremos tratar en esta entrada.

¿Cómo podemos saber si nuestra empresa cumple el nivel de madurez tecnológica adecuada?

Pues una de las formas más fáciles de responder globalmente a esta pregunta es ver cómo respondemos a las siguientes preguntas:

• ¿Necesito poder continuar con mi negocio bajo cualquier circunstancia?
• ¿He sufrido alguna interrupción de mi negocio por causas técnicas?
• ¿Cuánto tiempo he estado sin poder producir a causa de la tecnología que tenemos implantada?
• ¿Podría recuperar todo mi entorno tecnológico productivo en un periodo de tiempo razonable?
• ¿Cuántos datos estoy dispuesto a perder en caso de un desastre?
• ¿Han podido teletrabajar mis empleados y continuar así con el negocio?

Las respuestas a estas preguntas desvelarán así la capacidad de cada una de las empresas y negocios acerca de cómo han implementado la digitalización en sus entornos de negocio. Y las respuestas serán muy diferentes dependiendo del tipo de negocio.

Las empresas con una fuerte dependencia de la tecnología (prácticamente la mayoría) y que su servicio no requiera el trabajo presencial, tendrán un tipo de respuestas diferentes a aquellas empresas que, aun teniendo también altos requerimientos del mundo digital, solo pueden ser productivos en el domicilio empresarial.

La productividad es clave para comprobar tecnológicamente nuestra madurez

Es una buena idea responder a estas preguntas y aprovechar esta situación para entender si la empresa requiere de una adaptación, una digitalización del entorno productivo, pensando siempre en situaciones imprevista y/o excepcionales.

Creemos que el mejor nivel de madurez en un negocio se da en aquellas empresas que, ocurra lo que ocurra, pueden ser productivas. Es decir, no dependen de una infraestructura específica o ésta, de la que sí dependiera, podría tener tiempos de garantía muy ágiles que supusieran una interrupción del negocio lo más pequeña posible.

Estamos convencidos que la empresa española tiene muchas carencias pero también muchas oportunidades de cambio. La transformación digital es posible y a un coste razonable. Para ello, encontrar un consultor tecnológico que sepa adaptarse a la dimensión de negocio y presupuestaria es vital para la perfecta adaptación al mundo digital.