Riesgos en la migración Azure Cloud

Durante los últimos meses, el interés en una migración de cargas de trabajo hacia Azure ha crecido de forma exponencial. Cada vez más, se desarrollan proyectos con el objetivo de hibridar un CPD interno, desplegando nuevos servicios en Azure Cloud o migrando algunos servidores hacia Azure. O incluso con un objetivo más ambicioso: eliminar toda infraestructura on-premise. Para llevar a cabo este tipo de proyectos y minimizar los riesgos de una migración a Azure, se deben contemplar muchos factores. De estos, los más importantes a destacar, serían:

El equipo y la infraestructura es clave

Formación: el equipo técnico que administrará la nueva plataforma debe tener conocimientos específicos de Azure. Por ello, Microsoft pone a disposición de la comunidad muchos recursos de auto-aprendizaje como Microsoft Learning for Azure. Y para validar esos conocimientos, las Certificaciones oficiales para Azure. En ICM disponemos de todas las certificaciones y además, somos Silver Partner de Microsoft, de cara a administrar la infraestructura, servicios y sistemas que se quieran desplegar.

Redes: hay que hacer un análisis profundo de la infraestructura on-premise para poder ver cómo migrar, y/o hibridar las redes existentes. Azure Virtual Networks cubre todos los requisitos que pudiéramos tener, así como conexiones para entornos híbridos con conexiones Site2Site y Point2Site.

Azure Migrate: provee un punto central único para preparar, ejecutar y seguir las migraciones hacia a este cloud público. Además, incluye una experiencia integrada en todas las fases de su migración, con seguimiento de progreso de extremo a extremo para migraciones de servidores y bases de datos. Con ella, podemos evaluar y migrar servidores de VMware, Hyper-V y servidores físicos a gran escala y múltiples destinos de bases de datos, incluidas Azure SQL Database e instancias administradas.

El almacenamiento, clave para minimizar riesgos en la migración de Azure Cloud

Almacenamiento: Azure provee diferentes tipos de storage para cada necesidad. Existen desde Blob, Files, Tables hasta Queues … pero el estudio en cada casuística del sistema de almacenamiento más adecuado, es crítico para controlar costes y ofrecer el rendimiento más adecuado.

Transferencia de datos: durante la migración, la cantidad de datos a subir hacia Azure puede ser muy grande. Con el objetivo de realizar esta subida de datos masiva, y en función de la recurrencia de dichas subidas, cabe la posibilidad de habilitar una línea de ExpressRoute con tráfico ilimitado que permita tener un coste más controlado.

Dependencias entre servicios y aplicaciones: sobre todo, en despliegue de escenarios híbridos. Para conocer, analizar y describir todas las dependencias entre servicio y aplicaciones, se hace indispensable y crítico. Es importante asimismo conocer los flujos de trabajo y los requisitos de infraestructura necesarios (latencias, tiempos de respuesta, rendimientos de plataforma, …).

Análisis de la configuración: analizar las configuraciones y asegurarse de que funcionen correctamente en la nube. ¿Hay dependencias del sistema operativo o del hardware? Es esencial identificar qué cargas de trabajo se pueden mover a Azure sin modificaciones, cuáles necesitarán modificaciones y cuáles son incompatibles.

Plan de costes y pruebas para una correcta migración

Plan de costes: la previsión de costes es pieza fundamental para abordar un proyecto con costes variables. Por ello, se debe elegir bien los servicios, las instancias y las configuraciones para equilibrar los costes con el rendimiento.

Pruebas: el plan de pruebas del escenario final es vital para llevar a cabo una migración sin incidencias y con éxito. Por esa razón, realizar estas comprobaciones en una prueba de concepto es parte de las buenas prácticas que llevamos a cabo.

Microsoft ha hecho una apuesta clara por su sistema y, desde ICM, podemos garantizar si la migración a Azure es un éxito o no. Déjanos liderar la implantación de Azure para que el éxito sea la única opción.