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Cloudtrofobia, ¿nueva enfermedad cloud?

11 julio 2016 | Iñaki Calvo

Cloudtrofobia. ¿Qué es? Resumidamente, miremos todos los acrónimos dentro de Cloud que existen. La enfermedad por la nube de datos se exalta cada día más. Que si SaaS, AWS, Hiperconvergencia, Dockers, Glacier, EC2, IaaS, EBS, Azure,WAF, SDS, 40Geb, CDN, ElasticSearch, IoT, SDK, RDS, API, DNS’s, Integración Continua, DevOPs, Streaming, Autoscale, HA proxy, Load Balancig, BigData, Federated Cloud, VPN, SSL, BigQuery, Ansible, ESX, ELB, Disaster Recovery, Virtual Desktop, Hybrid Data, SLA, IaaS, BYOD, Orchestrator, VDI, TS, VSAN…

Y podríamos seguir mucho más. Es para perderse, ¿no crees? Igual, incluso, podríamos llegar a pensar que la intención puede ser esa. Un laberinto de acrónimos que camuflan tecnologías más o menos útiles y que no sugieren que nunca estarás a la última en TI.

Y no todas las tecnologías son necesarias ni todas son necesarias a la vez. Hay que ponerle un poco de cordura a este mundo que se renueva día a día y que no comprende, en ninguno de los casos, que las empresas tienen periodos de implantación más lentos que la propia evolución tecnológica. Que una empresa no puede sentirse técnicamente obsoleta cuando justo acaba de implantar una tecnología en su negocio.

Y buena parte del problema tecnológico es el humo que rodea a estos términos. Llamar a una cosa de otra forma para parecer innovador. O evolucionar una tecnología mínimamente para arrancarle unas migajas de negocio a tu contrincante. Eso sí, dándole un nombre muy bonito, como Cloudtrofobia. No es feo, ¿verdad?

De la cloudtrofobia a la tendencia de dockers

Otro ejemplo; llevamos escuchando el concepto dockers hace casi 10 años. Ahora empieza la moda de su utilización. ¿Ha mejorado la tecnología? Puede que sí, pero solo un poco. ¿Por qué triunfa? Sencillo, a uno de los grandes le interesa combatir con esta tecnología a otro de los grandes. Para ello le añade a su presupuesto de marketing suficiente peso como para atraer la atención de nómadas departamentos de TI. Y la lástima es que funciona. El poder del marketing.

Pasa con la «cloudtrofobia», con la «dockerfobia», con miles de acrónimos utilizados en inglés, que parecen crear una nueva tecnología, que en realidad es la misma que otra ya existente. Pero con otro nombre, claro.

Nuestro trabajo tiene que ir por otro lado. Los integradores, debemos escuchar las necesidades de nuestros clientes y abordar de forma creativa y óptima, las tecnologías necesarias para su puesta en marcha. Y esto, sin atender a soluciones mágicas, ni propuestas milagrosas, ni servicios con costes ridículos. Simplemente entendiendo el proyecto y adaptándote a él.

Éste es el mayor de los problemas que nos encontramos hoy en día. La cantidad de veces que los proyectos se adaptan a las tecnologías en vez del camino natural. La de veces que vemos que alguien diseña su proyecto para que funcione en una u otra plataforma, perdiendo la lógica de que el negocio debe tener el peso específico más importante dentro de la ecuación que resuelva tu negocio.

Servicios personalizados, análisis concretos, aplicaciones on-demand, sentido común. Aunque, a veces, parezca que sea en TI el menor de los sentidos.